Los atletas no solo existen en el deporte, también existen en las empresas. Liderar equipos, organizar procesos y pensar estratégicamente, son actividades que exigen preparar el cuerpo, la mente y las emociones de los líderes.
Entre muchos deportistas que hay en el mundo, existen unos que se han atrevido a hacer las cosas de una manera diferente, personas como Usain Bolt, Tiger Woods, Michael Phelps, Nairo Quintana o Michael Jordan, han logrado destacarse por ser los mejores en lo que hacen, pero entonces, ¿qué decisiones han tomado ellos en su vida para alcanzar el éxito y sobresalir entre cientos de personas?, ¿qué los hace verdaderos atletas de alto rendimiento?
Estas personas se esfuerzan todos los días por alcanzar sus metas y vivir consecuentemente con sus motivaciones en todo momento. Los atletas no solo existen en el deporte, dentro de las empresas también hay personas que debieran comportarse como tal. Pasar largas jornadas trabajando, liderar grupos, organizar procesos y pensar estratégicamente, son actividades dignas de atletas corporativos, pero al parecer muchas personas no se han dado cuenta que, para lograr un buen desempeño en el trabajo, es necesario preparar el cuerpo, la mente y las emociones para los retos del día a día.
Las empresas han intentado descubrir qué hace que algunas personas logren un alto rendimiento sostenido en el tiempo, las respuestas están generalmente relacionadas con incentivos económicos y materiales, cultura correcta o con promover el desarrollo de capacidades cognitivas, sin embargo, en los últimos años la inteligencia emocional ha pasado a ser parte fundamental del análisis, generando nuevas conclusiones y la necesidad de considerar a las personas como un todo: cuerpo, emociones, mente y espíritu.
Jim Loehr y Tony Schwartz afirman que “en los últimos años ha habido una creciente atención a la relación entre la inteligencia emocional y el alto rendimiento” y desarrollaron la Teoría integrada de gestión del rendimiento, donde ubican en una pirámide de rendimiento al cuerpo, la mente, el espíritu y las emociones como niveles fundamentales en el desempeño de las personas.
Existe un estado de rendimiento ideal donde las personas logran llevar sus talentos y habilidades al máximo y mantener un alto rendimiento a lo largo del tiempo. Este estado se logra cuando se gestiona correctamente la energía en todos los niveles de la pirámide, dándole la misma importancia a las habilidades cognitivas y emocionales, y a tener una motivación que justifique el trabajo y desarrolle el autocontrol, la fortaleza, resistencia y concentración.
Con esta teoría, se llegó a la conclusión de que el verdadero enemigo del alto rendimiento no es el estrés sino la ausencia de una recuperación disciplinada. Las personas con mentalidad de atletas, que alcanzan un alto rendimiento en lo que hacen, han logrado un balance entre los distintos roles de su vida, permiten que actividades diferentes a las laborales generen la recuperación necesaria para desempeñarse eficientemente y mantener las reservas de energía en el cuerpo y la mente.
La , el cuerpo, es la principal fuente de energía, por eso es importante crear relaciones de trabajo-descanso equilibradas donde se deje a un lado la linealidad y exista un balance entre las actividades realizadas durante el día y aquellas para recuperar el gasto de energía.
«Las empresas no pueden darse el lujo de abordar las capacidades cognitivas de sus empleados mientras ignoran su bienestar físico, emocional y espiritual.» – Jum Loehr, Tony Schwartz-
El deporte es una de las mejores formas para generar oscilación y recargar el cuerpo. Levantar pesas, por ejemplo, hace que el músculo se estrese tanto que comience a descomponerse y luego de un periodo de descanso suficiente, este mismo músculo pasa a ser más fuerte y ágil; si se estresa sin descanso, el resultado será un daño crónico permanente, mientras que la falta de movimiento (estrés) genera debilidad y atrofia. Es importante también tener hábitos de alimentación consciente, pausas activas cada cierto tiempo y suficiente tiempo de descanso que impulsen a que el cuerpo recupere la energía y vitalidad necesarias para el desempeño de sus responsabilidades.
Lo emocional tiene que ver con la capacidad de cada persona para influir de forma intangible en todo lo que le sucede, la proyección de pensamientos positivos y la reactivación de la energía por medio del dominio de la mente. Visualizar la realidad que se quiere materializar, crea en el cerebro el mismo efecto que cuando efectivamente sucede, de ahí aquel dicho cotidiano de que las personas se convierten en lo que piensan. Los pensamientos son muy poderosos por eso visualizar situaciones positivas y exitosas es un buen método de recuperación de energía y oscilación.
Es recomendable dedicar tiempo al auto conocimiento por medio de actividades como la meditación o ejercicios sencillos de respiración que pueden ayudar a aquietar la mente, bajar los niveles de ansiedad, aumentar la confianza y la creatividad. Además, es fundamental asegurarse de tener tiempo para actividades que produzcan felicidad. Generalmente las mejores ideas surgen cuando no las estamos buscando o en medio de actividades que disfrutamos, esto se debe a que la mente está en un estado de placer y libertad, sin limitantes que la bloqueen.
En la capacidad mental, el objetivo es lograr una gestión correcta del tiempo y la energía en relación con lo cognitivo y lograr que la mente esté en un estado óptimo para trabajar a su máximo nivel, evitando desgastes innecesarios y aumentando la energía por medio de hábitos que promuevan la concentración y la recuperación.
Caminar al aire libre, pasar tiempo en familia, realizar alguna actividad de ocio que genere placer, pausas activas para comer fruta, tomar agua o simplemente respirar, son hábitos que fomentan el pensamiento positivo y aumentan la posibilidad de lograr un alto rendimiento en las empresas.
» Así como las emociones positivas encienden la energía que impulta el alto rendimiento, las emociones negativas agotan la energía.» – Jum Loehr, Tony Schwartz-
La capacidad espiritual es la energía que se genera mediante el aprovechamiento de los valores más profundos y cuando se tiene un fuerte sentido de propósito. Fortalecer esta capacidad permite crear las bases necesarias para afrontar momentos de adversidad y como una fuente de motivación, enfoque, concentración y determinación. Actividades como la meditación, la escritura y el servicio a los demás ayudan a mirar hacia adentro y romper con la linealidad de las actividades diarias orientadas a objetivos que generalmente se dan en el trabajo.
Para ser un atleta corporativo es necesario vivir cada segundo en búsqueda de ello, no podemos ser buenos en el trabajo si no dedicamos tiempo también a nuestros roles personales, el cuerpo no rinde si no lo cuidamos con la alimentación, el deporte y el descanso necesario y la mente no coopera si no tiene una verdadera motivación. Alcanzar la excelencia es un trabajo diario.
Las personas con mentalidad de atletas son aquellas que encuentran el balance en su vida, actúan con pasión, entusiasmo y buscan ser una mejor versión de sí mismas todos los días. Personas llenas de energía que impactan los lugares a donde llegan, que cuidan y se hacen responsables del estado de su cuerpo, espíritu y mente porque reconocen que solo cuando están en completo equilibrio pueden aportar el máximo de sí a las empresas, sus familias y la sociedad.
“Cuando las personas se sienten fuertes física, mental, emocional y espiritualmente, se desempeñan mejor, con más pasión, durante más tiempo. Ellos ganan, sus familias ganan, y las corporaciones que los emplean ganan” -Jim Loehr y Tony Schwartz-